¡Aupa Athletic!

Sé que puede parecer una contradicción, pero pese a que soy madridista, mi segundo equipo es el Athletic de Bilbao. Quizás porque en mi casa siempre le hemos tenido simpatía, ya que era el equipo de juventud de mi padre; quizás por su política de jugar solo con gente de la tierra (cosa que a algunos les molesta, pero que a mí me parece fenomenal, y tiene mérito que, siendo fieles a esa idea, nunca hayan bajado a segunda); pero sobre todo porque, desde que recuerdo, mis partidos favoritos siempre han sido los Athletic de Bilbao-Real Madrid en San Mamés. Recuerdo extraordinarios partidos bajo la lluvia, intensos, épicos, que muchas veces acababan en justo empate a uno. Recuerdo al Madrid con la equipación llena de barro, los jugadores abrazándose al final de un partido duro, pero no violento, y a la afición aplaudiendo a los dos equipos: un espectáculo extraordinario. (Espero con ansiedad el Athletic-Real Madrid de este año. Qué partidazo puede ser.)

Por eso ayer me alegré tanto con la victoria (y la exhibición) del Athletic en Old Trafford. Tanto como me alegré en los cuartos de la Copa de Europa del 2000 con la del Madrid en ese mismo campo. Grité tanto el gol de Fernando Llorente como años antes grité el de Raúl después del taconazo y el pase de otro Fernando, Redondo. En el 2000 el Madrid ganó en Manchester y luego ganó la octava. Ojalá le pase lo mismo a los leones. Mi más sincera enhorabuena para los aficionados de ese equipazo. Solo queda el último esfuerzo: a por ellos, hay que hacer que el United nunca olvide San Mamés. ¡Aupa Athletic!